viernes, 23 de diciembre de 2011

Getting crazy.

Miraba sentada a través del cristal del viejo Mini, con la mirada perdida. Recordaba cuatro días atrás, todo lo pasado, lo presente, lo futuro. Lo que podía tener o no. Había aceptado unas condiciones que la ayudarían a salir de su dichoso bucle de colores infinitos. Había pensado mucho, y ya sabía lo que iba a hacer.
Quería curarse de su vacía alma, y recuperar todos y cada uno de sus sueños, sus inquietudes, sus inexistencias. Quería volver a cojer el 28 sin que le brillaran los ojos de nostalgia. Quería hacer lo que la viniera en gana, quería ser impulsiva, quería vivir en paz y feliz después de tanto tiempo. Quería gritarle al mundo que se iba a recuperar, que podía hacerlo, que tenía la fuerza de conseguirlo. Quería llorar de rabia por todo aquello que pasó, desquitarse de sus ahogos, de aquellos pinchazos en el pecho que la acosaban cada mañana al despertarse desde hacía ya tanto tiempo. Quería derrumbar esos muros que la bloqueaban, tirar su falta de ego por la borda, sentir que podía hacer lo que quisiera. Quería verse guapa, que la vieran guapa, que la quisieran. Quería querer con toda su alma. Quería apoyo, quería libertad, quería volver a empezar.
Quería una vida sin preocuparse más de los demás que de ella misma, quería volverse un poco más malvada.
Quería seguir su vida, costase lo que costase. Y no dudaría en conseguirlo.

1 comentario:

Alba Flores Robla dijo...

Espero que lo consigas (casi) todo.