miércoles, 31 de julio de 2013

Human

Cuanta más gente conozco, y más tipos de envoltura veo, más me doy cuenta de que el envoltorio es, sin lugar a dudas, una memez, una simple carcasa que, por elección o por obligación, las personas tomamos como algo que asumir y seguir.
El ser humano no es lo que parece. Nos molestamos en tachar a la gente estereotípicamente con palabras. Pero, ¿realmente nos molestamos en conocerla?
Todos pensamos que la sociedad se divide en, por decirlo de alguna forma, "estamentos", término anacrónico no aplicabe a nuestros tiempos; sin embargo, la sociedad como tal sigue siendo un verdadero galimatías imposible e improbable de descifrar. Se considera la sociología como ciencia que estudia la sociedad, pero realmente estudia, ante la imposibilidad de abarcar todo individuo a esos odiosos estereotipos que, siendo realistas, todos, en mayor o menor medida, seguimos.
A pesar de todo, esto no es culpa del individuo, a la par de que es el mayor culpable. Somos nosotros los que nos molestamos en reclamar nuestro propio individuo como tal, y nosotros mismos somos los que nos colgamos el cartel de "pertenezco a x grupo social". No creo que exista forma de evitarlo. El ser humano como ser social busca tanto individualismo, arraigado a un profundo espíritu de rebeldía (al menos los inquietos de mente), como ciertos rasgos comunes con los demás individuos con los que comparte su vida diaria. En ningún momento podemos catalogar eso como bueno o malo, simplemente es condición primitiva. Pero somos nosotros mismos los que utilizamos esa "confrontación de ideas" para excusarnos de lo contrario a lo que se nos expone. Si se generaliza, malo, porque eres un generalista que no mira más allá. Si se profundiza, malo, porque deberías observar un poco mejor en qué grupo sociológico se encuentra dicho individuo.
La única conclusión de todo ello es que la humanidad de por sí es contradictiva. Y, como ahora mismo acaban de comentarme, el caso es quejarse.

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