lunes, 29 de septiembre de 2014

Viure Lliure (or how to make friends and enemies)

El tema de "Catalunya independent" siempre me ha dado mucho que pensar, empezando por el momento en que el tema ha saltado tan de repente. Hasta hace bien poco, solo conocíamos el movimiento independentista vasco, es cierto; aunque he de decirlo, la independencia catalana es una idea manejada desde hace muchos años ya, aunque como movimiento de pocos. ¿Por qué saltó Catalunya con la misma historia? ¿Por qué ahora? La situación lo requería. La situación demandaba un movimiento rebelde. Pero no porque debiera haberlo, no justificadamente; este "movimiento" ha sido fomentado única y exclusivamente como método "cortina de humo". Y esto nos lo ha confirmado las recientes noticias de la familia Pujol i Ferrussola (todos sabemos que esto estaba planeado que fuera destapado después, es una auténtica lástima).
Segundo asalto: vamos a realizar un referéndum. Una vez tenemos la cabeza de los catalanes llena de pájaros, unicornios y demás purrela política (no penséis, que claro, cuatro números y tres gráficos ya convencen a la población de ello), "ofreceremos" la "posibilidad" de "realizar" un "referéndum" como "método de consulta". Entrecomilladamente todas y cada una de las palabras, claro; esto quiere decir "vamos a hacer unas votaciones obligatorias y como salga que sí, evidentemente, vamos a tirar para adelante". Seamos cuerdos, y por partes: primero, ¿a qué el paripé del referéndum? Fácil, volvemos a utilizar al pueblo para conseguir nuestros objetivos, así podemos seguir cobrando hasta el aire que consumen por segundo (mucho dicen de los catalanes, pero señores, solo les falta pagar por respirar, a precios europeos con salarios españoles, evidentemente; ya sabéis, "Barcelona es bona si la bossa sona", o más bien "Barcelona es bona si la butxaca dels que la guien és plena"). Segundo, y esta vez, dirigiendo la voz al gobierno español: ¿por qué no dejarles votar? Es anticonstitucional, de acuerdo; es horrible, muy feo y rompería la unión de España, vale, maravilloso. Pero (como siempre, hay un pero) seamos coherentes: no le dejes coger al niño la piruleta, y se pondrá bobo para conseguirla. Esto es lo que está pasando ahora mismo: Catalunya (perdón, Mas) es la niña que se pone boba porque la dices que no. Si sabes que una vez le dejes, va a pasar todo, déjales, si total, la constitución ya de por sí necesita una reforma. Ojo, que les dejes votar no significa que vaya a ser una decisión a cumplir; pero no les digas que no o ya les tienes bobos para el resto del día; si total, van a hacer lo que les salga de las narices, que para eso son Catalunya, ¿no?
Tercer asalto: ha salido que sí. Vale, ¿y qué? La ONU ya ha afirmado que no les va a aceptar como país. ¿Cuánto durarían sin España? ¿Cómo iría la cosa? ¿Cuántas personas serían separadas de sus familias? Porque recuerdo, Catalunya está integrada mayoritariamente de gente del resto de España, no nos engañemos; hijos de gallegos, andaluces, castellanos, y un largo etcétera pueblan (y pagan) la autonomía. Si soy hija de malagueños, ¿qué tengo que hacer para salir de Catalunya a ver a mi familia? Sin la ONU, no puedo viajar tan "lliurement" como me gustaría. ¿Qué ventajas tiene esta historia? Seguirán pagando medicinas (aunque las pensiones sigan siendo, en muchos casos, una mierda), el euro por receta, no nos olvidemos de ello; mantendrán los sueldos basados en los españoles (ley de la conversión de euros a pesetas: los sueldos se cambian a calculadora, los precios... Manolo, ponle a esas 1000 pelas una coma, que sean 10'00 euros).
Tal vez todo esto salga bien; particularmente, no me lo parece, y otras nimiedades que me dejo en el tintero pueden valer para razonar el por qué no puede ser. Todo hay que decirlo: soy catalana, hija de gallegos, residente en León, tal vez no sea del todo objetiva (la cabra tira al monte, pero el conocimiento de otros mundos abre fronteras).
De todos modos, igual al señor Mas esto le parece una bobada, "si no em parles en català no t'entenc". Dons bé, senyor Mas, podem agafar una cadira, un café, si vol podem prendre una cervesa; ara que parlem el mateix idioma, escolti, i pensi vostè en el proper futur de la seva autonomía, o millor dit, de la seva pretensió de pais.

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