jueves, 3 de marzo de 2011

Princesita.

Mira, pequeña princesa, mira hacia los lados, busca una salida... pero, ¿es que no lo ves? La tienes ahí, ahí enfrente... pobre princesita, el dolor ha velado tus ojos, la rabia ha inundado tu alma, la ambición ha vaciado tu corazón. ¿Dónde fuiste, bella princesita? ¿Dónde fueron a parar tus sueños, tus ilusiones? ¿Dónde quedaron marchitas tus mejillas de colores? Han pasado años desde la última vez, largos y crudos años que marcan una fina línea en la espalda de un caballero. Por aquel entonces eras la más alegre, la princesita de colores vivarachos, cuya sonrisa despertaba al sol, cuyo brillo desprendía purpurina. ¿Dónde estás, princesa lúgubre, dónde te has olvidado, princesa varada?
Pero... ¿sigues sin verla? Acaba de ser abierta, un hermosos príncipe tiende su mano hacia ti. Pero no, no te eches atrás, princesa amarga, recupera tu antiguo brillo, dale aliento a tu sonrisa de niña alegre, lustra de nuevo tu encorvada espalda.
Así es, dulce princesita, las mejores cosas no solo se consiguen buscándolas, niña bonita, si no dejando que ellas también te encuentren a ti.

2 comentarios:

Sergio dijo...

Me da un poco de miedo tanto diminutivo junto, pero me gusta.

Alba Flores Robla dijo...

Qué tierno, y muy buena la frase del final :)